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jueves, 27 de mayo de 2010

Historias negras de la casa de enfrente

Información tomada del libro La sosa nostra, de Alfredo Rivera Flores

La carrera política de Francisco Olvera comenzó en la Federación de Estudiantes de la Universidad de Hidalgo así:

“Era costumbre, hasta la presidencia de Sosa, que se consensuara entre los anteriores presidentes el nombre del sucesor. Al término de su periodo, propusieron a Edmundo Paniagua Vargas (…). Sosa no aceptó y dijo: ‘será Francisco Olvera’. De esa decisión se derivaron numerosos enfrentamientos, incluso armados. De uno de éstos, en el que hubo balazos en plenas escalinatas universitarias, fue testigo el entonces rector, Carlos Herrera Ordóñez. Hubo de intervenir el gobierno para zanjar el conflicto aceptando la imposición de Sosa a favor de Francisco Olvera, quien presidió la federación de 1979 a 1981. A Paniagua Vargas, para calmarlo, le prometieron una diputación local.”

ASÍ TRATA OLVERA A LOS QUE PIENSAN DIFERENTE

Durante el periodo en que Olvera presidió la FEUH, Antonio Cortés Valente, militante del Partido Comunista, contendió por el Sindicato del Personal Académico de la UAH.

“Una noche, al llegar al edificio central de las calles de Abasolo, Cortés Valente se encontró con Francisco Olvera, a la sazón presidente de la FEUH, quien lo invitó a platicar. A cada paso se fue haciendo menos sutil la presión de Olvera, que lo obligaba a bajar las escalinatas. Cuando finalmente Cortés Valente se resistió, negándose a abordar el vehículo que resultó ser de Olvera y en el que se encontraban varios estudiantes, apareció otro grupo de universitarios, uno de ellos le asestó una patada al tiempo que en vilo lo subían al coche, Olvera se puso al volante.
Enfilaron hacia los jales seguidos de una docena de vehículos. Ahí bajaron y Olvera le dijo que se alineara, que el ingeniero Herrera (rector) no iba a permitir que entraran los rojillos a la universidad. Cortés Valente pedía que lo respetaran (…). Olvera replicó: “Mire, inge, a mí Rojo Lugo me entregó la universidad calmada y así se la tengo que entregar, no importa a quién tengamos que calmar. ¿A ver, qué es lo que quiere?, ¿desea ser director? Dígamelo y mañana va para afuera el ingeniero Sánchez Garnica y usted se queda en su lugar. ¿O prefiere dinero?” Entonces firmó un cheque y le fijo: “Póngale la cantidad, el gobierno lo respalda.”
Olvera iba armado, pero no desenfundó la pistola, sus acompañantes, en cambio, dispararon al aire sus armas, amedrentaron y golpearon a Cortés Valente.”

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